1.2._ LAS CRISIS DE FINALES DEL SIGLO XX
LIBERALIZACIÓN ECONÓMICA Y CONFLICTIVIDAD SOCIAL
En la última década del siglo XX, se han producido serias crisis financieras en los denominados países emergentes, que han repercutido en todo el sistema financiero internacional. En muchos casos, las prósperas economías no padecían de mayores desequilibrios macroeconómicos, y venían de varios años con un alto crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB), pero la volatilidad de los capitales financieros especulativos, ruidos políticos internos y rumores sobre la capacidad de pago de los compromisos contraídos, desencadenaron una salida masiva de éstos capitales, que provocaron severas crisis en las economías de los países afectados, lo que llevó a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y varios países desarrollados, tuvieran que salir al rescate de las economías en crisis.
Esta ayuda financiera tiene varios nombres, para algunos se denomina ayuda económica, para otros es un ―blindaje‖, pero más allá de los términos que se utilizan, lo concreto es que el FMI como prestamista de última instancia, condicionó la ayuda financiera, a cambio de que los estados se comprometieran a realizar cambios estructurales hacia el interior de sus economías.
Siempre antes de la consolidación de un nuevo fenómeno se da la crisis del proceso anterior, que contiene la esencia de lo nuevo. Por tanto, la ecuación crisis-igual cambio, guiará la construcción de este trabajo, utilizando para ello la lógica de Ricardo Ffrench- Davis al sostener que las crisis son generalmente el resultado de bonanzas mal manejadas, que implican la necesidad de una mejor gestión en épocas de crecimiento de la economía mundial.
En épocas de liberalismo económico, como la actual, la apertura de cuenta de capitales puede traer importantes beneficios para la economía global, ya que permite una movilización más fluida de fondos desde los países con abundancia de capitales (como los centrales, en términos presbiscianos) hacia aquellos que presentan escasez (como los periféricos).
En síntesis, la crisis asiática se ha sumado, en los años noventa, al efecto tequila de 1994-1995 y a la crisis del sistema monetario europeo de 1992-1993 y, por supuesto, en la década anterior, a la crisis de la deuda latinoamericana. La inestabilidad que caracteriza las corrientes internacionales de capital.
La cuestión clave para la globalización financiera, se resume en lo que Benjamin J. Cohen ha llamado, ―The Unholy Trinity (―la trinidad profana): la intrínseca incompatibilidad entre la estabilidad del tipo de cambio, la movilidad de capitales y la autonomía de las políticas nacionales.
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